¿Dónde está mi hija?

Testimonio de un padre desesperado que lleva más de un mes sin tener noticias de su única hija.

Todos los días recibimos llamadas de hombres que se enfrentan a denuncias falsas, nos cuentan que sus exparejas no les permiten ver a sus hijos o en otros casos nos piden ayuda legal para poder hacerle frente a esta situación tan complicada

Hoy nos gustaría compartir un caso de un ciudadano español que no ve a su hija menor desde hace más de un mes. Para ponernos en contexto, el padre de la niña y su expareja, de nacionalidad ecuatoriana, fueron a juicio para obtener la custodia compartida de la niña. Este juicio no sale favorable para el padre y decide ver a su hija por sus propios medios.

Yo solo quiero ver a mi hija

Decide ir a buscarla al colegio la semana pasada, pero desde la institución educativa le comentan que la niña lleva sin acudir a clases hace más de una semana. Desesperado se dirige a poner una denuncia ante la policía y en la comisaría le comentan que tiene que ser por la vía judicial. El padre decide contratar un abogado y el letrado le explica que debe interponer la denuncia por la vía civil.

Una serie de dudas y planteamientos rondan la cabeza del padre, que ve pasar los días sin recibir noticias de su hija y tampoco sabe nada de la madre. Nos comenta, al otro lado del teléfono, que las últimas teorías que se imagina es que la madre haya sacado a la niña del país. Con un sentimiento de tristeza y duda nos cuenta que no cree cien por cien en que la madre haya viajado a Ecuador con su hija, en todo caso, puede que se haya llevado a su hija a cualquier país de Europa.

A pesar de la desesperación que invade al padre, nos comenta que no quiere interponer una denuncia porque teme que lleven a su expareja a la cárcel y su hija se quede sin madre.

Recuerda que, si te encuentras ante una situación similar y eres un hombre víctima de la violencia de género, no dudes en contactar con nosotros. Analizaremos tu caso y te daremos la mejor solución. 

Si te identificas con nuestra causa, asóciate

Juntos somos más, y tenemos más fuerza para hacer valer nuestra voz ante los legisladores, contra el maltrato a las familias y contra los perjuicios que ocasionan a los hijos. Asociarse es sentirse acompañado, comprendido y apoyado. Muchos hombres han sufrido hasta ahora estas situaciones en soledad. La Asociación rompe el muro de silencio y el estigma que condena a los padres de familia, a los que las leyes no reconocen la presunción de inocencia.